domingo, 13 de octubre de 2013

PRIMER DÍA DE ESCUELA, JULIA BAIGORRI

























Aún recuerdo mi primer día de escuela, con mi tía Mercedes de maestra y mi prima Magdalena y resto de niñas del pueblo como compañeras. Era una continuación de mi vida habitual sólo que aprendiendo cosas nuevas, descubriendo cada día una nueva maravilla y disfrutando cada segundo. No había tiempo para aburrirse. Tras mi tía vinieron muchos más y cuanto más aprendía, más quería saber. Se ve que en eso he sido muy egoista. Hasta hoy que, jubilada, sigo en la Universidad de la Experiencia, para mayores. Es un vicio incurable. Afortunadamente. Gracias a todos mis maestros, los de antes y los de ahora. Sigo viva, sigo aprendiendo.
 
Ésta no es de mi primer día de escuela pero es de aquellos días. Posiblemente ya sea de la clase de Doña Ramona y también guardo de ella unos recuerdos imborrables. Yo fui una niña realmente feliz y no cambio mi infancia por la de nadie, por más que los niños de ahora tengan cosas que nosotros ni soñábamos. Pero teníamos amigos, las calles para correr y jugar a "tres navíos", las huertas que siempre eran de algún abuelo que nos permitía comer fruta del árbol, y el musgo de Navidad cogido en el monte y todos los sueños intactos.


Texto y fotografía Julia Baigorri

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